Este mes ...

Este mes han pasado los días como
pasos de pasillo de
hospital.

     Este mes han pasado los días
como años.

     Este mes mis palabra son humo,
son promesas
que te hice en un portal

     Este mes no es un mes cualquiera
es travesia
y desierto.

Este mes han pasado los días
como un perro
empapado.

     Este mes han pasado los días...
sólo han pasado.

En mi playa no subió
la marea
rocas al descubierto.

     Este mes no es un mes cualquiera
es travesia
y desierto.
Este mes
es como años
que llegan descalzos,
quizá me perdí
de segunda mano
disparatados
ensimismados,
sin penas ni glorias
a ratos eternos,
fugaces
a ratos.

24 Foto Dramas por segundo

Un pequeño homenaje con mi guitarra al mundo del cine. 

Hoy he visto en las esquinas,
bomberos quemando libros,
replicantes que se hacían las preguntas adecuadas.
Y vi a un padre con su hijo
caminando hacia la nada,
un crepúsculo de dioses,
viejas damas.

Mientras un Toro Salvaje
siembra el pánico en su casa,
yo me cojo un taxi y Travis
tiene ganas de batalla.
Y dos niños en su huida de un predicador macabro
se esconde tras decorados cartón - piedra.

Que sería de Paris sin Bogart y sus despedidas.
Que sería de Nueva York sin Lois Lane, Malas Calles o King Kong.
Que sería de este octavo pasajero que se cuela sin billete en tus sueños.
Que sería de un segundo sin
24 fotogramas...

Volando sobre el nido de algún cuco
va sin faldas y a lo loco
Marilyn Monroe,
quizá en busca de un mafioso atrapado en su pasado,
quizá un héroe
de látigo y sombrero.

En estos tiempos modernos
han pasado como flechas los Goonies en bicicleta
para evitar un desahucio.
Aunque no soy rey del mundo
no Cowboy de Medianoche,
déjame entrar.

Allí

Allí,
donde nada importa pero todo duele
alguien te acompaña al baño
y te roba la cartera.
mientras vomitas alma
y cerveza.

Allí,
donde ni puedes ni quieres,
o puedes pero
no quieres
viste maniquies en la Gran Vía
soñando que compran ropa.

Me fio de ti porque volviste
de donde caen los que se ena-mueren,
ya se que distinta y cansada
háblame de lo que viste ...

Allí,
donde el joven envejece
y el viejo asustado llama a su madre,
donde apenas hay suspiro
entre fiesta
y funeral.

Allí,
donde la música quema
y el silencio es el que hiela,
no sirvieron para nada
tus viejas armaduras,
allí.

Me fio de ti por tus ojos de:
perdida
rara, jonky,
loca, distinta, rebelde,
grita,
llora,
sueña
¡¡vuelve!!
¡¡vuelve!!
¡¡vuelve!!

Canción de ti y de mi

Tu pelo en el cepillo,
mis luces encendidas,
el rastro de tu ducha
el tacto
de tus bragas,
mis guerras
pacifistas,
tu red de trapecista
para mis acrobacias.
Y tu carta
escondida ...

Tu Nora Jones,
mi viejo Leonard Cohen,
mi mal dormir
tu peor despertar,
tus sueños de viajes
mis viajes
sin sueños,
mi opio de nostalgias
tus pasos
de futuro.

Nuestra
cama.
Nuestra
rabia al extrañarnos.
Nuestro
hambre de vida.
Mi única patria,
mi hogar.
Tú.

Naúfragos

Cuando aquel amor
que nació ciego
se fue de un portazo 
tan lúcido,
ella murió de hambre
y aun así bebía.

La encontrarás cada viernes
sujeta a la barra
como un naufrago
a un resto
de madera.

Y siempre cerca
náufragos
 de otros naufragios,
ahogándose
en tragos
de remordimiento
 y miedo

"Comparte conmigo una copa,
que nadie me espera en casa,
y cárgala bien
de ginebra
y huída".
"Cuando el último bar nos cierre
te invito a dormir
 conmigo".
"Aunque quiera,
dudo que pueda
esta noche
amarte".
"No importa,
túmbate cerca
pasa tu brazo por mi cintura
e imagina
que así fue
siempre".

El miedo conquistó su mueca
de un golpe que no esperaba.
Hace años era hermosa,
o eso cuentan
por el barrio.

Alguna noche se acerca,
"¿Como va todo chaval?
dime,
¿tu crees que aun soy guapa?
me he quedado sin un duro,
anda, 
invita a un cubata".

A mediodía la he visto,
 el paso lento
la frente alta,
sus ojos enfermos
 de ojeras y humo
me han mirado
y no me han visto.
Los gatos pardos de noche
no existimos
por el día.

Fueron a dormir,
 juntos,
cuando cerró el ultimo antro
No se amaron.
Ni se cruzaron promesas.
Sólo una cadera
y un brazo
sujetos
 como naufragos
a su trozo
 de madera.

Canción del enemigo


Cuando soy mi peor enemigo,
sólo una inmensa herida,
busco el olvido del séptimo cubata,
y como una sombra,
 suicida,
espero
la aceptación
de mujeres destruidas,
decadentes
hermosas
como la ruina de una iglesia hueca.

Cuando soy mi peor enemigo
te alejo,
me clavo navajas
e incendio veranos.
Arraso la calma
 que tanto he buscado
con pequeñas muertes
de las que resucito,
cuando llegas
del trabajo.

Cuando soy mi peor enemigo,
apago las luces
y enciendo recuerdos,
mas cigarros de la cuenta,
Espejos cóncavos
y Valle Inclán,
satisfecho,
con su nuevo libro
estampa su jodida firma.

Princesa Inca o lo que debe se un poema

Si la poesía no debe preocuparse por ser hermosa, ni agradable, ni por perseguir la certeza; si la poesía tiene que doler y acompañarnos en el insomnio; si tiene que nacer de cuadernos emborronados mientras uno camina ciudad arriba, ciudad abajo; si tiene que llevarnos hasta el borde mismo del precipicio, «paralizados ante la duda inexacta y rara de seguir existiendo»; si tiene, en fin, que poseer «la fuerza rabiosa de la vida», entonces este libro está lleno de auténtica poesía”.


 "LA MUJER PRECIPICIO" DE PRINCESA INCA (CRISTINA MARTÍN)
Editorial Libros del Silencio - marzo de 2011



No recuerdo la última vez que compré un libro de alguien que aún esté vivo. Siempre me tiro de cabeza a Benedetti, Saramago, Cortázar, Borges ...
Sin embargo, con "La mujer precipicio" ha sido distinto. Desde el primer verso que pude leer en el blog de Cristina, vi una fuerza, una sinceridad, una valentía, que me conmovió como pocas cosas lo han hecho.
Muerte, odio, vida, desesperación, amor, luz allá donde creíamos sombra, llamadas de socorro, incomprensión, pasión, valentía para afrontar cualquier traspiés... Son tantas las sensaciones que me provocan sus versos, que soy incapaz de explicarlo con palabras... Lo único que se me ocurre es recomendar este hermoso libro, lo que en él hay escrito, pero también sus increibles ilustraciones (Mercé López) ...
A uno de los poemas, "La niña presa", le puse hace unos días mi guitarra y voz. Apenas tardé 10 minutos en componer la canción, porque daba la sensación de que las palabras querían bailar desde el primer momento con los acordes. A Cristina le gustó la canción y yo sólo puedo decir "Gracias". A veces se produce un pequeño milagro y entre tanto grito, mediocridad, siluetas grises y enfermas de tedio y cobardía, surge una voz distinta, alguien con brillo y un don especial para conmover, que da un paso adelante y se muestra como es para enseñarnos que todos, gracias a nuestros defectos, problemas, miserias y heroicidades, virtudes y miedos... somos valiosamente únicos.

Si quieres escuchar la canción, la he dejado en: www.myspace.com/jonarraibi
Blog de Cristina: laprincesainca.blogspot.com/

Como un hamster en su rueda




Hago un largo, otro y otro, llevo veinte, treinta, cuarenta.... Vengo y voy de lado a lado de la piscina, igual que mis pensamientos. Tengo que hacer un recado a la tarde, ¿como termino esa jodida canción? ... Encerrado en 25 metros de azul monotonía y cloro con una pizca de agua ... en vez del mar.

Busco unos cojines en el Ikea, pero antes paso por las cocinas, dormitorios, salones, menaje, plantas y juguetes... Llego a casa sin cojines, pero con un montón de cosas que no sirven para nada.


Me levanto temprano, trabajo, descanso, trabajo... En mi puta rueda de Hamster alguien ha puesto un generador como la dinamo de una vieja bicicleta que le produce beneficios. Pero llega también mi recompensa a eso de las diez de la noche: sofá y tele. Gran Hermano, fútbol, tertulias de cabrones ignorantes. 


No fumes dentro del bar. Perfecto, pues disfruto el cigarro en la calle, pero me saco la cerveza... Está prohibido beber en la calle. Perfecto, pues tiro el cigarro y vuelvo al bar... Sigo dando vueltas en la puta rueda...


Tu coche es una ruina. Seis tarjetas de crédito son pocas. Las camisas de cuadros ya no se llevan. Móntate un grupo de Pop. Tienes que cambiar el móvil. Compra una jodida casa ya. ¿Conoces lo último de Shakira? Páganos diez y llévate nueve. Rocíate con Axe o no serás un hombre.


Nos da igual como te lo montes, ímbecil, pero sigue haciendo girar la puta rueda ...







A lo mejor ... a lo peor

"A lo peor nadie me atiende,
nadie recibe los mensajes,
nadie se alegra, nadie llora,
nadie enciende su sangre,
con estos versos que se rompen,
en los papeles
y en el aire".

Así comienza un poema de Mario Benedetti, mostrando una inmensa preocupación ante la posibilidad de que sus versos no encuentren destinatario.
Supongo que este miedo es algo propio de cualquier artista. Hago canciones porque necesito hacerlas. Algo desde dentro me empuja a ello. La guitarra es mi nexo con lo que soy incapaz de entender, mi analgésico, mi forma de rebelarme, un modo de transformar la soledad, la muerte, la incertidumbre, la rabia y demás provocadoras de angustia en algo hermoso y con sentido.
Pero no sólo eso. También existe la necesidad de compartir. De sentir que alguien acoge las canciones. Ahí es donde cobran de verdad vida. Un atardecer no sería poesía sin alguien que lo contemple estremecido. Una canción tan sólo sería un conjunto azaroso de vibraciones en el aire sin alguien que escuche.
La mayor parte del tiempo que paso con la guitarra es en soledad. Escribo, pruebo, cambio, arreglo una y otra vez las canciones. Sin embargo, todo ello tan sólo cobra sentido cuando en un concierto, sea ante dos, diez, cien o mil personas, sucede que lo único que rompe el silencio es una canción.
Ayer tuve la fortuna de vivir ese momento.
Gracias...
Y de nada...

Te recuerdo Neda

 
  


Aun puedo recordar su rostro ensangrentado en los diarios, sus ojos apagados pero perplejos ante la inesperada llegada del final.Se rebeló contra la ausencia absoluta de libertad y lo pagó con su vida, con toda su luz y el inmenso futuro que aun le quedaba por vivir.El perro desalmado obediente y ciego que segó de un zarpazo sus sueños duerme sin remordimiento. Es probable que haya sido recompensado por su determinación para aplastar las manifestaciones que aquellos días sacudieron Irán e hicieron temblar su inhumano regimen.Aquellas protestas no lograron derribar la dictadura, pero unos pocos meses después aquella llama que parecía extinguida arde con fuerza en varios paises árabes. A Neda le han seguido miles de jóvenes en Egipto, Tunez o Libia, lugares en los que hay muchos y muchas como ella, acribillados en cualquier calle o plaza.Miro la imagen de Neda y la rabia me corroe, asemejándome a aquellos a los que detesto, a su criminal visceralidad. Tal vez simplemente hay que ponerse frente a ellos, mirarles a los ojos y rezar porque no disparen a matar.A veces el sacrificio de unos pocos, supone el beneficio para muchos, pero nadie quiere ser un mártir. Neda lo fue porque un hijo de perra así lo decidió.Solo siento asco por él.Te recuerdo, Neda.  

Demasiados

Demasiadas miradas que acribillan diferencias,
Tal vez con menos maletas, llegaríamos más lejos.
Demasiados adioses con su voz del olvido.
Demasiado ladrón de futuros y latidos.

Demasiado silencio, conspirando en mi pecho.
Demasiado beneficio y tan poco sentimiento.
Demasiado lo que pides, nunca seré un libro abierto,
es tan poco y sin embargo, demasiado lo que quiero.

Demasiadas promesas, en puntos suspensivos...
Demasiado rehenes de este falso paraiso.

Demasiadas soledades, para tan pocos bares.
Entre el sueño y la mañana, demasiada pelea.
Demasiado vacio después de una cama extraña.
Demasiado sin ti, o demasiado contigo.

Demasiado derroche de tristeza en este duelo.
El olvido no es victoria, el recuerdo nos derrota.
Demasiado creer que el horizonte es frontera,
Demasiado creelo, aunque lo sea...

Soy vértigo


Vertigo, vertigo, vertigo...

Es una sensación que me acompaña a menudo. Ismael Serrano tiene una hermosa canción sobre el asunto ("...y la ronquera y los traicioneros nervios, que me asaltan antes de cada concierto. Vertigo a que el mundo pare, que corto se me hace el viaje...").
La vida provoca vértigo. Su mañana imposible de predecir, ver como el pasado va llenando su maleta de años. Y el presente, tantas vece de encefalograma plano, a menudo a la espera de que algo suceda, a la espera de que alguien nos rescate del tedio. A la espera, a la espera, a la espera...
Joder, sólo se vive una vez y jamás serás tan joven como en este preciso instante. No es una mala filosofía para superar esos momentos en los que nuestros días parecen sacados de una película en blanco y negro. Pero, volviendo al vértigo, creo vivimos una época enferma de vértigo, que realmente limita a muchos y no les permite dar lo mejor de si mismos. Miedo al miedo, sin duda el peor de todos los miedos.
A que me abandones, a perder mi mierda de trabajo, a que los cigarrillos acaben conmigo, a sonreir demasiado, a mi sombra, a tus pasos, a lo que digan, a lo que piensen, a la lluvía, a la calma noche y su silencio, a la diferencia, a ser libre y decidir... Tantos miedos, tanto vértigo inútil, sin ninguna razón de ser...
Desvelar mis fantasmas, mis deseos, vivencias y recuerdos ante vosotros con una guitarra es uno de mis particulares vértigos. La próxima vez que nos encontremos, a pesar de la altura, prometo lanzarme al vacio.

Máquinas de globos, La Caverna y Leonard Cohen



En "La Caverna" José Saramago nos cuenta la lucha de un alfarero por mantener su tradicional forma de trabajar frente a la competencia de un centro comercial y sus "en serie" y baratas vasijas plástico.
Pienso en esta historia ahora que estoy, precisamente, en la cafetería de uno de esos lugares tomando un café y veo a unos metros como un niño le pide a su padre que le compre un globo en una máquina. La historia es bien sencilla: el padre mete el par de euros de rigor y la máquina, parecida a una tragaperras de siempre, le da opción de elegir el diseño del globo. Una vez seleccionado el color y la forma, el globo aparece por una ranura, se hincha como por arte de magia en menos de cinco segundos y el crio se va tan feliz con el globo atado a una mano.
Pienso también que los payasos emanan, aunque no quieran, una extraña tristeza, pero que preferiría que en vez de una máquina, fuera un tipo vestido de payaso quien le vendiera el globo al chaval.
Saramago, las vasijas y los globos, me llevan a pensar en canciones, concretamente, en varios de los primeros temas que publicó el cantautor canadiense Leonard Cohen. Suelo escuchar a Cohen cuando estoy jodido. Ahí es donde su voz me arrastra de una tristeza difusa hasta la melancolía afilada que duele pero que a la vez engancha. Es su voz, si, pero también su guitarra agotada y muda a ratos, su magia innata de artesano de la canción, incluso sus errores de interpretación y ese sonido lejano y sucio de las grabaciones de la época.
Cohen, al igual que el protagonista de "La caverna", ha peleado durante décadas por mantener visibles sus "pequeñas" canciones entre tantas "vasijas de plástico". Está claro que el cantautor ha ganado su particular batalla.  Por desgracia, el payaso de los globos no tuvo tanta suerte.

Bomberos que queman libros

"LA POESIA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO" (Gabriel Celaya)

Tiempos de redes que nos atrapan, de tantos contactos y tan pocos amigos, de prisas, de centros comerciales que ocupan el lugar de las antiguas iglesias y a los que peregrinamos cada fin de semana a adormilar un poco mas nuestras conciencias. Decenas de desinformaciones diarias, que apenas nos ofrecen retazos de sesgada realidad, que nos deprimen y alarman, conflictos, crisis, peligrosa inmigración, gripe A y B y C, mateniendonos en un constante, aunque calculadamente llevadero, estado de miedo.
¿Acaso hemos pedido que nos salven? Existen bares clandestinos en los que aún se puede fumar, y en algunas canciones aun se puede mirar al cielo para investigar los porqués de las cosas que parecen instrascendentes. Y también, desde la lucidez, protestar.
Quizás el mayo del 68 queda muy lejos. Tal vez los dictadores son cosa del pasado. Pero en las ciudades sigue habiendo quien pasa las noches de invierno en un cajero, y miles de personas aún se la juegan en una destartalada barca por un futuro un poco mejor. Sin olvidar a los que arrebataron su trabajo y su hogar después de prometerles primaveras, o a aquellos que se funden en un abrazo y sienten que un segundo también puede ser eterno.
Uno a veces tiene la sensación de que en cualquier momento los bomberos se dedicarán a incendiar libros prohibidos y Truffaut se revolverá en su tumba al comprobar que su peor pesadilla se ha hecho realidad. Por suerte, siempre habrá alguien rebelde y dispuesto a guardar en su memoria, como un preciado tesoro, lo que esconden esos libros.