Bomberos que queman libros

"LA POESIA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO" (Gabriel Celaya)

Tiempos de redes que nos atrapan, de tantos contactos y tan pocos amigos, de prisas, de centros comerciales que ocupan el lugar de las antiguas iglesias y a los que peregrinamos cada fin de semana a adormilar un poco mas nuestras conciencias. Decenas de desinformaciones diarias, que apenas nos ofrecen retazos de sesgada realidad, que nos deprimen y alarman, conflictos, crisis, peligrosa inmigración, gripe A y B y C, mateniendonos en un constante, aunque calculadamente llevadero, estado de miedo.
¿Acaso hemos pedido que nos salven? Existen bares clandestinos en los que aún se puede fumar, y en algunas canciones aun se puede mirar al cielo para investigar los porqués de las cosas que parecen instrascendentes. Y también, desde la lucidez, protestar.
Quizás el mayo del 68 queda muy lejos. Tal vez los dictadores son cosa del pasado. Pero en las ciudades sigue habiendo quien pasa las noches de invierno en un cajero, y miles de personas aún se la juegan en una destartalada barca por un futuro un poco mejor. Sin olvidar a los que arrebataron su trabajo y su hogar después de prometerles primaveras, o a aquellos que se funden en un abrazo y sienten que un segundo también puede ser eterno.
Uno a veces tiene la sensación de que en cualquier momento los bomberos se dedicarán a incendiar libros prohibidos y Truffaut se revolverá en su tumba al comprobar que su peor pesadilla se ha hecho realidad. Por suerte, siempre habrá alguien rebelde y dispuesto a guardar en su memoria, como un preciado tesoro, lo que esconden esos libros.