Te recuerdo Neda

 
  


Aun puedo recordar su rostro ensangrentado en los diarios, sus ojos apagados pero perplejos ante la inesperada llegada del final.Se rebeló contra la ausencia absoluta de libertad y lo pagó con su vida, con toda su luz y el inmenso futuro que aun le quedaba por vivir.El perro desalmado obediente y ciego que segó de un zarpazo sus sueños duerme sin remordimiento. Es probable que haya sido recompensado por su determinación para aplastar las manifestaciones que aquellos días sacudieron Irán e hicieron temblar su inhumano regimen.Aquellas protestas no lograron derribar la dictadura, pero unos pocos meses después aquella llama que parecía extinguida arde con fuerza en varios paises árabes. A Neda le han seguido miles de jóvenes en Egipto, Tunez o Libia, lugares en los que hay muchos y muchas como ella, acribillados en cualquier calle o plaza.Miro la imagen de Neda y la rabia me corroe, asemejándome a aquellos a los que detesto, a su criminal visceralidad. Tal vez simplemente hay que ponerse frente a ellos, mirarles a los ojos y rezar porque no disparen a matar.A veces el sacrificio de unos pocos, supone el beneficio para muchos, pero nadie quiere ser un mártir. Neda lo fue porque un hijo de perra así lo decidió.Solo siento asco por él.Te recuerdo, Neda.